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Domingo de Gloria de Resurrección
EL ENCUENTRO, UNA PROCESIÓN DE JÚBILO
Tras la noche más importante para los cristianos, la noche del Sábado Santo, con la Vigilia Pascual que congregó a centenares de arevalenses en los distintos templos, como preludio al día grande, y llegó el Domingo de Resurrección con la “Procesión del Encuentro” entre Cristo y su Madre. La Virgen aún de negro salió de la iglesia de Santa María la Mayor hacia el Arrabal acompañada por las mujeres de la Vera Cruz. Cristo resucitado acompañado por los hombres salió de El Salvador, con numeroso público acompañando a ambas imágenes. En la Plaza del Arrabal, con el ceremonial acostumbrado, genuflexiones, incienso, aplausos y sonidos de campanillas, se encontraron las dos imágenes para dirigirse a la parroquial de Santo Domingo de Silos a celebrar le Eucaristía de la solemnidad de Pascua de Resurrección.
Tras la Semana de Pasión, de profundos silencios que caracterizan nuestras procesiones, en “el encuentro” todo fueron cantos de júbilo y alegría, redobles especiales del grupo de tambores de la cofradía, el ya tradicional “redoble de Resurrección”, y el repicar de numerosas campanillas, fueron los sonidos que acompañaron hasta el final de la procesión a El Salvador. Tras los fríos y lluvias de los días pasados este día amaneció con temperatura agradable y el día se fue abriendo hasta finalizar con sol espléndido.
Procesionaron la “Virgen del Encuentro” una bella talla barroca vestida de blanco de novia, y el Cristo Resucitado, una hermosa y sugerente talla del escultor salmantino Vicente Cid.
Finalizó el acto y con él la Semana Santa de Arévalo con el agradecimiento por la colaboración de tantos, por parte de Esteban Martín, administrador parroquial, y con un fuerte aplauso a la banda de tambores que ha tenido un protagonismo especial.
Para acabar la jornada, una comida de hermandad de cofrades de la Santa Vera Cruz sirvió de unión y camaradería.
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