|
Viernes Santo
PROCESIÓN DEL SILENCIO O EL ENTIERRO DE CRISTO
A pesar del tiempo adverso, esta Semana de Pasión puede que sea de las más participativas. Después de la celebración de los oficios con los templos abarrotados de fieles, la noche del Viernes Santo después de la incertidumbre y amenaza de lluvia, por fin salió la “Procesión del Silencio” o del Santo Entierro de Cristo, con mucha animación de cofrades y público. partió la procesión más emblemática desde la iglesia-museo de El Salvador con los pasos de Cristo atado a la columna, el popular “Amarrao”, con cofrades de blanco y morado. El Cristo de la Buena Muerte, con cofrades de blanco y negro. El Niño Jesús Nazareno, que llevan los niños de la cofradía. El Santo Entierro, que llevan los cofrades de Las Angustias. Y la Vera Cruz que portaban las mujeres de negro, que ya habían desistido de la tradicional mantilla por el viento reinante. En el inicio desfilaba la Banda de Tambores de la Vera Cruz, dirigida por Javier Senovilla, y dentro de la comitiva desfiló la Banda Municipal de Música, dirigida por José Miguel Martín Alonso, que imprimen ritmo y melodía al paso.
Pero cuando apenas la procesión había comenzado a formarse, comenzó una lluvia fina que inmediatamente se tornó en chubasco y obligó a dar la vuelta rápido y regresar al templo lo antes posible. Pronto aparecieron los paraguas y alguno de ellos cobijó las imágenes de los pasos ayudando a evitar en lo posible el agua. Desconcierto general ordenado, muchas caras de tristeza por no poder desfilar, y una vez colocados los pasos en sus lugares de nuevo, los cofrades y gente que les quiso acompañar realizaron una estación de penitencia dentro de la iglesia, en la que el administrador parroquial Esteban Martín realizó oración compartida por todos, exhortando aceptar las circunstancias, contra las inclemencias no se puede luchar. Después de este acto, algunos cofrades se afanaron en secar las imágenes para evitar daños por el agua, una noche intempestiva que dio al traste con la ilusión de tantos…
|